domingo, 23 de enero de 2011

MEMORIA: 14 años sin José Luis Cabezas

El 25 de enero de 1997 fue asesinado José Luis Cabezas en Pinamar.
Para buena parte de la opinión pública, se trato de un crimen mafioso, y como toda mafia se la imagino enquistada en el poder, por ende con plena impunidad.


¿Qué mafia realizo o promovió el crimen y porqué?

En primer lugar, hay que recordar que en agosto de 1996 Carlos Dutil y Ricardo Ragendorfer publican la “Maldita Policía” en la revista Noticias, la investigación puso en papeles la voz popular: la prostitución, el robo de autos, de casas, la piratería del asfalto, el juego clandestino, la droga están regenteados desde las comisarías y las brigadas. El cotejo del nivel de vida y las propiedades de ciertos integrantes de las “planas mayores de la bonaerense” con sus sueldos comprobaron que algo turbio pasaba, pero las autoridades políticas prefirieron mirar a otro lado.

El entonces presidente de la República, Carlos Menem, decía “no hay mafias en el país”. Claro que el caudillo riojano se refería a las acusaciones que se le hacían al empresario modelo del neoliberalismo Alfredo Yabrán.
El entorno del empresario postal era señalado por la presencia en sus empresas y en la custodia personal de exrepresores de la dictadura militar. El propio presidente intento alejar las sospechas sobre el empresario, aún cuando empezaban a aparecer indicios contundentes que lo comprometían.
Ante el repudio de buena parte de la sociedad argentina, desde la Presidencia de la Nación recibieron al empresario en la Casa de Gobierno. El presidente Menem dijo “atacan a Yabrán porque quieren atacar al gobierno".

Para el entorno de Menem, el culpable era la “Maldita Policía” de Eduardo Duhalde. Para la gente de Eduardo Duhalde, el culpable era Yabrán, símbolo del menemismo.
Ramón “Palito” Ortega, candidato a vicepresidente de Duhalde en 1999, admitió ante Raúl Kollman – periodista de Página/12 – que aportó dinero, miles y miles de pesos, para la defensa del principal imputado del asesinato, el policía Prellezo.

El resultado del juicio fue esclarecedor. La justicia condeno a: Gustavo Prellezo, policía, Sergio Camaratta y Aníbal Luna, ambos policías de Pinamar, Gregorio Ríos, jefe de custodia de Alfredo Yabrán, Alberto Gómez, comisario de Pinamar, Horacio Braga, Sergio González, José Luis Auge y Héctor Retana, estos cuatro últimos integrantes de la llamada Banda de los Hornos.
En el fallo de febrero de 2000, los magistrados se refirieron a que el móvil del homicidio del reportero gráfico habría sido "la resistencia de Yabrán a que su imagen trascendiera públicamente y que la actividad de Cabezas y la revista Noticias lo molestaban profundamente".

Pasaron 14 años.

El cuerpo sin vida de José Luis Cabezas fue hallado calcinado dentro de su auto en las afueras de Pinamar, con las manos esposadas en espalda y dos tiros en la cabeza.

Este lunes 24 de enero a las 21.00 se lo recordara en la Plaza de los Dos Congresos en la Ciudad de Buenos Aires. A continuación se realizará una caravana hasta Pinamar, donde se desarrollarán los actos principales.

martes, 11 de enero de 2011

REFLEXIÓN: Por favor, déjennos solos

Por Ericq Pierre - Es un economista y agrónomo haitiano que trabaja para el Banco Interamericano de Desarrollo.

PUERTO PRÍNCIPE, 10 ene (IPS) - Se está por cumplir el primer aniversario del terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití. Nunca antes los haitianos experimentamos tanta solidaridad, ni recibimos tanta atención de la comunidad internacional.

Fue tanta la atención que, con algunas raras excepciones, no pudimos honrar a nuestros muertos como es debido. No los velamos ni los sepultamos porque eran demasiados. Porque muchos ya estaban enterrados bajo los escombros. Porque había demasiada gente alrededor. Porque había demasiadas víctimas, demasiados muertos en vida. Nunca un dilema fue tan grande: velar a los muertos o aquellos que estaban por morir.

No honramos a nuestros muertos, y no estamos orgullosos de eso. No nos gustan los velorios ante la vista del público, especialmente del extranjero, y nos incomodaba la idea de llorar a nuestros deudos mientras el mundo entero nos miraba. Porque el mundo entero vino a ayudarnos, y a vernos llorar.

Pese a las apariencias, nos disgusta ser el espectáculo. Algunos lo hacen todo el tiempo, pero no por eso debe concluirse que los haitianos son proclives a exponer sus emociones en público.

Entonces, esta masiva presencia de amigos extranjeros que acudieron en nuestra ayuda se ha convertido en una pesada carga. Vinieron muchos, y no se han ido. Vinieron con demasiadas propuestas, demasiados recursos, demasiadas promesas. Tomaron demasiadas decisiones. Llegaron con un exceso de conocimiento, pero con poco saber hacer.

Fueron tantos los que nos abrazaron, que al final nos avergonzaron. ¿Cómo es posible? Con el calor de sus abrazos casi nos sofocan. ¿Sospechan siquiera lo que nos pasa?

Este 12 de enero de 2011, varias organizaciones presentes en Haití intentan usar el aniversario para elevar su visibilidad ante los haitianos y convencer a sus auspiciantes y financiadores de la importancia de su trabajo en el último año. También insistirán en la necesidad de que sus aportes continúen en el futuro.

Con muy poca reconstrucción tangible o visible, en especial la notable ausencia de hogares para un millón de personas sin techo y el escaso avance en la eliminación de los escombros, esas organizaciones junto a las autoridades locales se preparan para exponer el 12 de enero sus visiones sobre cómo debe ser el futuro de la mitad de esta isla.

Darán una entrevista tras otra, distribuirán vídeos que describen las proezas de sus organizaciones y los sacrificios que hizo su personal para venir en socorro de los haitianos.

Algunos repetirán por enésima vez que Haití recibe más ayuda que cualquier otro país, excepto Afganistán. Y reiterarán su apoyo al pueblo haitiano, usando cifras nuevas o recicladas.

Para algunas organizaciones no gubernamentales (ONG), la lucha contra la epidemia de cólera también está en la agenda del 12 de enero, si bien experimentaron una cierta decepción cuando la epidemia apareció donde no se la esperaba.

La idea era que el cólera se encendería en los campamentos de desplazados y luego se propagaría al resto del país. Varias organizaciones habían dado alertas prematuros sobre un brote epidémico en los campamentos, pero la enfermedad infecciosa se comportó de manera muy distinta.

El cólera empezó en la zona rural de Artibonite, y no en los campamentos de sobrevivientes, y se propagó con saña. La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) debería aceptar las consecuencias de las conclusiones científicas sobre el origen de esta enfermedad en Haití. Pero hasta ahora se ha hecho muy poco en esa dirección.

Es comprensible que las organizaciones que realmente han trabajado todo el año en Haití usen este aniversario para hablar sobre sus actividades e incluso para publicitarse.

Lo único que les pido es que el 12 de enero no organicen conmemoraciones públicas, celebraciones ni inauguraciones de ningún tipo. Mi sugerencia es que elijan cualquier otra fecha de enero, excepto el miércoles 12. Déjennos ese día a los haitianos, para que podamos finalmente recordar a nuestros muertos a solas.

Les pido a nuestros amigos extranjeros que nos den al menos un día. Uno solo. Déjennos solos el 12 de enero de 2011 y cada 12 de enero de los próximos años.

Lo pido una vez más: es sólo un día en el año, desde 2011 en adelante, para honrar a nuestros muertos, recordarlos y reflexionar sobre los que nos pasa, sobre cómo y porqué llegamos hasta aquí. Necesitamos hallar un poco de paz ese día, solos con nosotros mismos.

Espero que nuestros amigos extranjeros entiendan, que las embajadas entiendan, que las agencias multilaterales y bilaterales entiendan, que entiendan las ONG, la Minustah, las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Comunidad del Caribe y todos los "amigos de Haití". Necesitamos estar solos y redescubrirnos.

Varios de mis conciudadanos han llegado a decirme que sienten cierta nostalgia de las épocas en que estábamos solos. Las cosas no andaban bien, es verdad, pero ahora tampoco andan bien, y no estamos solos.

Quisiéramos conservar el 12 de enero para nosotros. Podría decirse que es casi el único gesto de soberanía del que somos capaces.

Cuento con que Bill Clinton y su equipo entiendan, y con que P. J. Patterson entienda también **. Mis mejores deseos para 2011.


** El ex presidente estadounidense Bill Clinton preside la Comisión Interina de Recuperación de Haití. El ex primer ministro jamaiquino P. J. Patterson es el representante especial de la Comunidad del Caribe para la reconstrucción de Haití.(FIN/2011)

martes, 4 de enero de 2011

REFLEXIÓN: ¿Qué estrategias pueden adoptar los movimientos sociales en un contexto de crisis global?

Por Esther Vivas el 30/12/10 12:16 en Canal Solidario

¿Cuál es la fórmula para vincular las luchas de los movimientos sociales a las aspiraciones de una “mayoría silenciosa” atrapada en el pensamiento único, el consumismo y los efectos de una crisis devastadora? No hay recetas mágicas.

Pero según Esther Vivas, reconocida activista social y miembro del Centre d’Estudis sobre Moviments Socials (CEMS) de la Universitat Pompeu Fabra, cualquier propuesta transformadora ha de pasar por la “autoorganización de las clases populares desde una perspectiva anticapitalista, y un ecologismo radical”.

La movilización de las clases populares es uno de los principales retos del presente. “La historia no está escrita y el sistema capitalista se encuentra más deslegitimado que nunca”, afirma Esther Vivas. Por eso, en un contexto de crisis global, la autora de “Supermercados, no gracias” o “Resistencias globales. De Seattle a la crisis de Wall Street” apuesta por avanzar coordinando las resistencias y evitando los sectarismos.

En plena crisis global, parece que la izquierda cuenta, en general, con poco discurso y escasa capacidad de movilización. ¿Cuál piensas que debe ser el mensaje?
Vivimos inmersos en una crisis económica, financiera, social y ambiental de la que sólo podemos salir desde una perspectiva anticapitalista de ruptura y una propuesta ecologista radical. Sólo así podremos evitar el cambio climático y garantizar la supervivencia de la especie en el planeta. Y todo ello a partir de la autoorganización de las clases populares desde la base, algo que es hoy más necesario que nunca.

¿Y cómo dar un impulso, que es hoy imprescindible, a los movimientos sociales con el fin de fortalecerlos?
Opino que es decisivo coordinar las luchas de todos los sectores afectados por la crisis: mujeres, grupos ecologistas, sindicalistas, estudiantes, corrientes marxistas, libertarias, etcétera; sin sectarismos y actuando en el ámbito local pero con una perspectiva global. En este sentido, es fundamental trascender los núcleos militantes, donde estamos los ya convencidos. También hemos de radicalizar las propuestas. Tenemos que hablar de la nacionalización de la banca, de una reforma fiscal progresiva o de prohibir los despidos en empresas con beneficios, por poner algunos ejemplos.

¿Qué retos ha de afrontar de manera inmediata la izquierda alternativa en sociedades estragadas por la crisis?
En síntesis, te diría que lo primero es cambiar la correlación de fuerzas entre capital y trabajo. En los centros de trabajo las luchas son en muchos casos defensivas, por el miedo que produce la crisis, pero también por el papel de los sindicatos mayoritarios, que siguen una estrategia de concertación y diálogo más que de lucha en la calle. En términos generales, la respuesta a la crisis está siendo todavía muy débil, justo en el momento de mayor descrédito del sistema. Al contrario, lo que se percibe es una fragmentación y desarticulación de los movimientos sociales. De todas formas, en los últimos meses vemos un repunte de la movilización en algunos países, a medida que los recortes sociales se intensifican, como en Francia, Grecia, la huelga general en Portugal o las protestas estudiantiles en Gran Bretaña. Hay que ver si son indicativas de un cambio de etapa y del inicio de un periodo de mayor movilización aunque sea todavía frágil.

Tal vez lo más importante, a la vez que complicado, sea conectar con las clases populares.
Estoy de acuerdo. En ocasiones hemos de hacer un esfuerzo para transmitir con claridad a la gente propuestas más o menos abstractas. Pienso, por poner dos casos, en la tasa Tobin o en la abolición de la deuda externa. Pero no sólo se trata de conseguir que el mensaje sea comprensible sino de promover la movilización. Y aquí sí que no hay recetas mágicas. Decía Daniel Bensaïd que nadie sabe cómo cambiar el sistema. Y tiene razón. Sin embargo, tenemos algunas ideas y pistas hacia donde ir. La historia no está escrita y los caminos de transformación permanecen abiertos.

A medida que se acentúe esta crisis global, ¿cómo crees que van a reaccionar las clases populares?
Una de las posibilidades es que se rebelen los sectores sociales castigados por la crisis. Pero también puede ocurrir que se generalicen los planteamientos xenófobos, inducidos sobre todo por el miedo y el egoísmo. Por eso uno de los principales problemas de los próximos tiempos es la capacidad de la extrema derecha para marcar la agenda política. En Cataluña se ha visto muy claramente con la plataforma de Anglada, cuyo discurso ha obligado a adaptarse a todas las fuerzas políticas. La izquierda, por el contrario, ha de sostener frente a esta amenaza las banderas de la solidaridad, el antiracismo y el internacionalismo.

Estos riesgos no dicen mucho a favor de las “democracias” liberales ni del sistema político en general.
Y no sólo se trata de la presencia cada vez mayor de la extrema derecha en Europa ni del crecimiento de las tendencias xenófobas. Se está produciendo asimismo una criminalización cada vez mayor de los movimientos sociales. Tras la represión contra las protestas durante la huelga general del 29 de septiembre en Barcelona y el desalojo de la antigua sede del Banco Español del Crédito que permanecía ocupada, la teniente de alcalde de Barcelona y responsable de seguridad, Assumpta Escarp, alentó el cierre de webs alternativas como Kaos en la Red, entre otras. Si a esto sumamos la Ley de Partidos o el cierre de Egunkaria, obtenemos un panorama desolador.

¿Y qué queda de todo aquello de “refundar” el capitalismo?
“Refundar” o “moralizar” el capitalismo es una gran patraña inventada por políticos como Gordon Brown o Sarkozy para ocultar su verdadero objetivo: transferir el coste de la crisis a las clases populares. Todas las reformas que se plantean adoptan un punto de vista regresivo. Al fin y al cabo, no son sino la materialización de la connivencia entre los gobiernos y el capital privado. Fíjate sino, en los rescates de Grecia e Irlanda. Constituyen una réplica de los ajustes estructurales que sufrieron en la década de los 90 los países de África y América Latina.

Por último, desde tu participación militante en las luchas antiglobalización y los foros sociales, ¿Qué aprendizajes pueden extraerse para las luchas del presente?
Más que victorias concretas, que hubo muy pocas, las conquistas fueron sobre todo de carácter simbólico. El movimiento antiglobalización contribuyó a desenmascarar las instituciones y principios rectores de la globalización neoliberal. El ascenso de las luchas antiglobalización fue el comienzo de un nuevo periodo que ponía fin al triunfalismo neoliberal de comienzos de los 90, mostraba las contradicciones del proceso de globalización y dejaba claro que la historia no había terminado, contrariamente a lo que proclamaban los defensores del sistema. La crisis actual da la razón a las críticas que hacían los jóvenes altermundialistas de Seattle en 1999. Ya entonces se denunciaba algo que hoy es evidente: que el sistema capitalista resulta incompatible con la satisfacción de las necesidades básicas de la humanidad. Sino, que expliquen por qué una de cada seis personas en el mundo pasan hambre, cuando existen hoy más alimentos que nunca.

Entrevista realizada por Enric Llopis a Esther Vivas para Rebelión, 21/12/2010.