lunes, 21 de enero de 2008

NEUQUÉN: REGALO JUDICIAL A COMISARIO VIOLADOR


Esta nota PERTENECE y PUEDE leerse en - BOLETÍN INFORMATIVO de CORREPI - Número 463 - 20 de enero de 2008.

La imagen es de www.enlineadirecta.info

Si no se tratara de una decisión judicial acerca de la integridad y la libertad sexual, y para más gravedad respecto de una menor de edad, el reciente fallo de un tribunal oral neuquino hasta podría resultar grotescamente hilarante. Para los que creen que los jueces son una "institución de la democracia", es polémico. Para nosotros, una nueva demostración de que los jueces son los garantes de la impunidad de los perros guardianes del sistema.

Cuando tenía apenas tenía 11 años, una nena fue violada por su vecino, comisario retirado de la policía neuquina. Como prueba irrefutable del delito, en diciembre de 2006 la criatura tuvo a su vez un bebé, cuya paternidad fue comprobada por análisis de ADN. La sentencia dictada esta semana condenó al ex comisario por abuso deshonesto, delito mucho más leve que la violación, con el argumento de que no fue comprobado el acceso carnal. Para los intachables magistrados neuquinos, el embarazo y nacimiento no demuestra que haya existido penetración... El argumento, muy "garantista" por cierto, es que como a la niña no se le practicó un examen ginecológico en el momento, cabía la duda acerca de que el policía la violara. ¿Como explicaron la cuestión del embarazo y posterior alumbramiento? Muy sencillo, diciendo que era posible que se tratara de "coito interfémora", es decir, que el comisario habría eyaculado sobre las piernas de la niña, sin penetrarla.

La sentencia tiene otras perlas: por una parte, y a pesar de que el comisario violador es vecino pared por medio de la casa donde viven la víctima, su mamá y el bebé fruto de la violación, se le concedió por "razones de salud" la prisión domiciliaria. O sea, no está preso, sino en su casa, que además es el lugar donde cometió el crimen. Y como si eso fuera poco, el fiscal de juicio decidió no apelar la aberrante sentencia, que ha quedado firme, es decir, ya no puede ser modificada.

Cualquier excusa que se pretenda analizar para explicar este fallo resultará vacua. La única verdad es la calidad del criminal. No era cualquiera, sino un señor miembro de la institución policial, y encima comisario. Como engranaje privilegiado del sistema, los jueces siempre cumplen su rol. Mientras que los policías son su brazo armado, los jueces aportan la garantía de impunidad. No les cuesta nada estar en la duda a favor del reo, como quisieron justificar acá, cuando el imputado es rico, poderoso, o un integrante del aparato represivo. A tal punto han protegido al comisario, que sólo trascendieron los nombres de los jueces (Emilio Castro, José Andrada y Héctor Dedominichi), reservándose en los medios la identidad de la nena (lo que es obligatorio) y curiosamente el del condenado, sólo identificado por su grado.

Muy probablemente, si el autor del aberrante hecho hubiera sido un don nadie civil, no sólo lo hubieran condenado por violación, sino también por corrupción de menores. Pero era un un señor comisario, integrante de la intachable policía neuquina, la misma que mató a Teresa Rodríguez y a Carlos Fuentealba.

Dijo en su voto el juez Castro, "nada puede darse por sentado, por más obvio que parezca". No es así, señor juez. Lo que hay que dar siempre por sentado es que, cuando hay un policía en el banquillo de los acusados, los jueces tratarán de ayudarlo.

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