Del BOLETÍN INFORMATIVO de CORREPI Número 494 - 25 08 08.
Cuando un menor de 18 años es detenido, la letra de las normas obliga a que la policía les avise a los padres del chico y de intervención inmediata a un juez de menores... En teoría, el pibe no podría estar en una celda y mucho menos con mayores. Así lo respalda la Convención sobre los Derechos del Niño y lo contradice el "gobierno de los derechos humanos".
Francisco Javier Soria era un pibe de 17 años al que le faltaban sólo 20 días para ser mayor de edad. El 15 de Julio la policía de Tucumán lo acusó de haber cometido una contravención y lo detuvo. Al otro día, "encontraron" al joven colgado de una sábana, en una de las dos celdas de la comisaría, como señaló La Gaceta el martes 19.
La policía no dio intervención a ningún juez de menores y llamó a la madre recién cuando Javier estaba muerto.
La fiscal María de las Mercedes Carrizo pidió los informes de los libros de guardia de la seccional ya que aún no sabe cuándo ni por qué motivos ingresó Soria a la seccional 3ª.
Como siempre señalamos, la policía no anota inmediatamente esos datos a los libros de guardia, lo que les permite manipular la excusa formal de las detenciones, dilatar el tiempo de arresto y retrasar la intervención de los fiscales o jueces... Como en este caso...
El actual código contravencional de Tucumán, sancionado durante la última dictadura militar (enero de 1980), faculta a la policía para que detenga hasta 48 horas, para que investigue, decida la procedencia de la detención, determine la sanción a aplicar -arresto o multa- y, como si eso fuera poco, conceda o no el recurso de apelación... en los casos en que éste fuera presentado por el detenido.
Como ocurrió en el caso Bulacio, en el que un menor fue "demorado", puesto en un calabozo y golpeado hasta morir, ningún policía está detenido.
La tinta que se utilizó en la dictadura es la misma que hoy se usa para escribir los códigos contravencionales que asesinan en democracia.
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