“No es casual que las mujeres y niñas sean víctimas de la violencia en todas sus formas, esa violencia es consecuencia directa de teorías religiosas, filosóficas, económicas, políticas entre otras practicas fundamentalistas que fortalecen el sistema patriarcal y reproducen la violencia hacía las mujeres y niñas en todos los ámbitos manteniéndolas en la pobreza, en la enfermedad, en la ignorancia, en la falta de justicia.
Hoy es uno de esos días donde es importante promover la consigna de “Tu boca es fundamental, contra los fundamentalistas” a denunciar, a acompañar y reflexionar sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas” Patricio A. Cabezas – Presidente del CePaDeHu
Hoy es uno de esos días donde es importante promover la consigna de “Tu boca es fundamental, contra los fundamentalistas” a denunciar, a acompañar y reflexionar sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas” Patricio A. Cabezas – Presidente del CePaDeHu
(Publicado por el Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas – DPI/2498 – Febrero de 2008 - Información seleccionada)
Es probable que una de cada tres mujeres sufra algún tipo de violencia física en el transcurso de su vida. Según unas estadísticas del Banco Mundial, las mujeres entre 15 y 44 años, corren un riesgo mayor de ser violadas o de padecer violencia doméstica que de enfermarse de cáncer, sufrir accidentes de automóvil, pasar por una situación de guerra y enfermarse de malaria.
Durante los dos últimos decenios, se ha prestado una mayor atención por parte de los gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales a la prevención y la lucha contra este tipo de violencia, aunque todavía hace falta mucho por hacer.
El 25 de febrero de 2008, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon presentaró su campaña, que pretende garantizar la voluntad política y mayores recursos para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, inspirar a la opinión pública mundial para que garantice la acción de quienes toman las decisiones al más alto nivel y para que los líderes masculinos llamen a la acción a hombres y jóvenes.
La campaña también persigue fortalecer el papel de las Naciones Unidas en este movimiento y establecer una cultura en todo el sistema de la Organización que actúe decisivamente para prevenir y enfrentar la violencia contra las mujeres. Esta campaña estará en vigor de 2008 hasta el año 2015, para coincidir con la fecha fijada para lograr los objetivos de desarrollo del Milenio.
¿CUÁN EXTENDIDA ESTÁ LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER?
La forma más común de violencia que sufren las mujeres es la violencia física infligida por la pareja. Por termino medio. Al menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales, o sufrido otro tipo de malos tratos a manos de su pareja a lo largo de su vida.
Las mujeres entre 15 y 44 años de edad corren mayor riesgo de ser violadas o maltratadas en casa que de sufrir cáncer, accidentes de vehículos, guerra y malaria, según estadísticas del Banco Mundial.
Varias encuestas mundiales sugieren que la mitad de todas las mujeres víctimas de homicidio son asesinadas por sus esposos o parejas, actuales o anteriores. En Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos, del 40 al 70% de las mujeres víctimas de asesinato fueron asesinadas por sus parejas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, según se informa, una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja cada seis días. Cientos de mujeres fueron raptadas, violadas y asesinadas en Ciudad Juárez, México, y sus alrededores, en un período de 10 años.
Se calcula que a nivel mundial, una de cada cinco mujeres se convertirá en víctima de violación o intento de violación en el transcurso de su vida.
La violencia contra la mujer durante o después de los conflictos armados se ha reportado en cada zona de guerra internacional o local. Entre 250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas durante el genocidio de 1994 de Rwanda; y entre 20.000 y 50.000 mujeres fueron violadas durante el conflicto de Bosnia, a principios de la década de 1990.
¿CUÁN EXTENDIDA ESTÁ LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER?
La forma más común de violencia que sufren las mujeres es la violencia física infligida por la pareja. Por termino medio. Al menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales, o sufrido otro tipo de malos tratos a manos de su pareja a lo largo de su vida.
Las mujeres entre 15 y 44 años de edad corren mayor riesgo de ser violadas o maltratadas en casa que de sufrir cáncer, accidentes de vehículos, guerra y malaria, según estadísticas del Banco Mundial.
Varias encuestas mundiales sugieren que la mitad de todas las mujeres víctimas de homicidio son asesinadas por sus esposos o parejas, actuales o anteriores. En Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos, del 40 al 70% de las mujeres víctimas de asesinato fueron asesinadas por sus parejas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, según se informa, una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja cada seis días. Cientos de mujeres fueron raptadas, violadas y asesinadas en Ciudad Juárez, México, y sus alrededores, en un período de 10 años.
Se calcula que a nivel mundial, una de cada cinco mujeres se convertirá en víctima de violación o intento de violación en el transcurso de su vida.
La violencia contra la mujer durante o después de los conflictos armados se ha reportado en cada zona de guerra internacional o local. Entre 250.000 y 500.000 mujeres fueron violadas durante el genocidio de 1994 de Rwanda; y entre 20.000 y 50.000 mujeres fueron violadas durante el conflicto de Bosnia, a principios de la década de 1990.
¿POR QUÉ Y CÓMO OCURRE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER?
La violencia contra la mujer no se limita a una cultura, región o país, ni a ciertos grupos de mujeres dentro de la sociedad. La causa fundamental de la violencia contra la mujer radica históricamente
en las relaciones del poder desigual entre mujeres y hombres y en la discriminación persistente contra la mujer.
La violación se usa desde hace tiempo como un arma de guerra. Mujeres de todas las edades, desde infantes hasta abuelas, han sido sistemáticamente sometidas a violentos abusos sexuales en manos de fuerzas rebeldes o militares.
La violencia contra la mujer no se limita a una cultura, región o país, ni a ciertos grupos de mujeres dentro de la sociedad. La causa fundamental de la violencia contra la mujer radica históricamente
en las relaciones del poder desigual entre mujeres y hombres y en la discriminación persistente contra la mujer.
La violación se usa desde hace tiempo como un arma de guerra. Mujeres de todas las edades, desde infantes hasta abuelas, han sido sistemáticamente sometidas a violentos abusos sexuales en manos de fuerzas rebeldes o militares.
El asesinato por causa de la dote es una práctica brutal donde la mujer es asesinada por su esposo o sus parientes políticos debido a que su familia no cumple con las exigencias de la dote, que es un pago realizado al momento del matrimonio como regalo a la nueva familia. Aunque las dotes o pagos similares prevalecen a nivel mundial, los asesinatos por dote ocurren especialmente en Asia meridional.
La práctica del matrimonio a temprana edad es común a nivel mundial, particularmente en África y Asia meridional. Esta es una forma de violencia sexual, debido a que las jóvenes con frecuencia son obligadas a contraer matrimonio y a tener relaciones sexuales, con los consiguientes peligros para la salud, como la vulnerabilidad al VIH/SIDA, limitando, por otra parte, su asistencia a la escuela.
Se calcula que entre 500.000 y 2 millones de personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, víctimas de la trata de seres humanos se exponen cada año a situaciones como la prostitución, trabajos forzados, esclavitud o servidumbre.
La mutilación genital femenina se refiere a varios tipos de operaciones, profundamente arraigadas en la tradición, realizadas a mujeres y niñas. Se calcula que más de 130 millones de niñas y mujeres actualmente vivas han sufrido este tipo de mutilación, principalmente en África y algunos países del Medio Oriente, en tanto que 2 millones de niñas al año están en riesgo de padecer esta operación. En abril de 2006, 15 de 28 estados africanos donde prevalece la mutilación genital habían tipificado esta práctica como delito conforme al derecho penal.
En muchas sociedades, las víctimas de la violación, las mujeres sospechosas de practicar el sexo prematrimonial y las mujeres acusadas de adulterio han sido asesinadas por sus familiares debido a que la profanación de la castidad de la mujer es considerada
como una ofensa al honor de la familia. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula que la cifra anual mundial, de mujeres víctimas de lo que se denominan ““homicidios por motivos de honor” puede llegar a 5.000.
Muchas mujeres se enfrentan a múltiples formas de discriminación y a riesgos cada vez mayores de violencia. En Canadá, la probabilidad de las mujeres indígenas de morir como resultado de la violencia, es cinco veces mayor que la de otras mujeres de la misma edad. En Europa, Norteamérica y Australia, más de la mitad de las mujeres discapacitadas ha experimentado abuso físico, de frente a una tercera parte de mujeres no discapacitadas.
Las mujeres sufren acoso sexual en todas las épocas de su vida. Entre un 40% y un 50% de mujeres en la Unión Europea reportaron alguna forma de acoso sexual en el lugar de trabajo. En Malawi, el 50% de las colegialas reportaron acoso sexual en la escuela.
Las mujeres jóvenes son particularmente vulnerables a las relaciones sexuales bajo coerción y cada vez más se infectan con el VIH/SIDA. Más de la mitad de los nuevos casos de infecciones por VIH en todo el mundo ocurren entre jóvenes de 15 a 24 años y más del 60% de los jóvenes seropositivos en este grupo de edad son mujeres. En muchos conflictos, la infección planeada e intencionada de mujeres con el VIH ha sido una herramienta de la guerra, a menudo enfrentando un grupo étnico contra otro, como ocurrió durante el genocidio en Rwanda en 1994.
La violencia contra mujeres detenidas por la policía es común y abarca casos de violencia sexual, prácticas inapropiadas de vigilancia, registros al desnudo realizados por hombres, y la exigencia de actos sexuales a cambio de privilegios o necesidades básicas.
El infanticidio femenino, la selección prenatal del sexo y el abandono sistemático de las niñas son prácticas generalizadas en Asia meridional y oriental, Norte de África y el Oriente Medio.
¿CÓMO AVANZAN LOS PAÍSES CON LA LEGISLACIÓN?
Según el Informe del Secretario General “Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer” publicado en 2006, 89 Estados en todo el mundo tienen alguna forma de condenación
legislativa contra la violencia doméstica y un número creciente de países ha establecido planes de acción nacionales para poner fin a la violencia contra la mujer. A la violación dentro
del matrimonio se le puede interponer una acción judicial en al menos 104 Estados, y 90 Estados cuentan ya con alguna forma de disposición legislativa contra el acoso sexual.
Las mujeres jóvenes son particularmente vulnerables a las relaciones sexuales bajo coerción y cada vez más se infectan con el VIH/SIDA. Más de la mitad de los nuevos casos de infecciones por VIH en todo el mundo ocurren entre jóvenes de 15 a 24 años y más del 60% de los jóvenes seropositivos en este grupo de edad son mujeres. En muchos conflictos, la infección planeada e intencionada de mujeres con el VIH ha sido una herramienta de la guerra, a menudo enfrentando un grupo étnico contra otro, como ocurrió durante el genocidio en Rwanda en 1994.
La violencia contra mujeres detenidas por la policía es común y abarca casos de violencia sexual, prácticas inapropiadas de vigilancia, registros al desnudo realizados por hombres, y la exigencia de actos sexuales a cambio de privilegios o necesidades básicas.
El infanticidio femenino, la selección prenatal del sexo y el abandono sistemático de las niñas son prácticas generalizadas en Asia meridional y oriental, Norte de África y el Oriente Medio.
¿CÓMO AVANZAN LOS PAÍSES CON LA LEGISLACIÓN?
Según el Informe del Secretario General “Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer” publicado en 2006, 89 Estados en todo el mundo tienen alguna forma de condenación
legislativa contra la violencia doméstica y un número creciente de países ha establecido planes de acción nacionales para poner fin a la violencia contra la mujer. A la violación dentro
del matrimonio se le puede interponer una acción judicial en al menos 104 Estados, y 90 Estados cuentan ya con alguna forma de disposición legislativa contra el acoso sexual.
Existen 102 Estados que no cuentan con disposiciones legales específicas contra la violencia doméstica. La violación dentro del matrimonio no es un delito enjuiciable en al menos 53 Estados. Solamente 93 Estados (de los 191 estudiados) cuentan con alguna disposición legislativa que prohíbe el tráfico de seres humanos.
En muchos lugares, la ley contiene lagunas que permiten a infractores actuar con impunidad. En varios países, según el código
penal un violador puede salir libre si se casa con la víctima.
La Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad, aprobada en el año 2000, exige la participación igualitaria de la mujer en asuntos de paz y seguridad. Sin embargo, ocho años más tarde, es evidente que se necesita trabajar más en el fortalecimiento de los instrumentos legales para prevenir, llevar a la justicia y remediar la violencia contra la mujer en tiempos de guerra y para asegurar que sus voces sean tenidas en cuenta en la consolidación de la paz.
Aunque la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1981 no menciona explícitamente la violencia contra la mujer, el Comité de la Convención aclaró en su Recomendación General No. 19 (1992) que los Estados partes de la Convención tienen la obligación de eliminar la violencia contra la mujer.
EL CAMINO A SEGUIR
Ha habido avances importantes en el establecimiento de estándares y normas internacionales. Los instrumentos legales y de políticas internacionales y regionales han clarificado las obligaciones de los países para erradicar y castigar la violencia contra la mujer. Sin embargo, los Estados no están cumpliendo con el marco legal y de políticas internacionales.
La violencia contra la mujer debe ser un asunto prioritario en todos los niveles. Hasta el momento no se le ha asignado la prioridad necesaria para permitir un cambio significativo. Para ello, el liderazgo y la voluntad política son primordiales.
Existe la necesidad de invertir en recursos y de prestar una ayuda coherente, sobre todo en los países menos desarrollados y los que emergen de conflictos. Se necesita un enfoque más unido y estratégico de parte de todos los actores, incluidos los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil.
Existen pruebas convincentes de que la violencia contra la mujer es grave y omnipresente en todo el mundo: al respecto se ha llevado a cabo al menos una encuesta en 71 países. Sin embargo, existe una necesidad apremiante de mejorar la recopilación de datos para contribuir a la formulación de políticas. Muchos países carecen de datos confiables y mucha de la información existente no se puede comparar de manera significativa. Pocos países recopilan datos con regularidad, lo que permitiría la medición de los cambios con el tiempo.
El problema relacionado con el insuficiente número de denuncias complica la recopilación de datos. Un estudio de la OMS en el 2005 basado en datos de 24.000 mujeres en diez países observó que entre el 55% y el 95% de las mujeres víctimas de abuso físico por parte de sus parejas nunca se habían puesto en contacto con la policía, una ONG o algún refugio para pedir ayuda. El estigma y el miedo impiden que las mujeres recurran a buscar ayuda e indemnizaciones.
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